El local, microcuento

El local no era nuestro, es verdad, pero en algún sitio teníamos que meternos a fumar nuestros porrillos, a tomarnos unas litronas y, si había suerte, a montárnoslo. Total, el sitio estaba abandonado y hecho mierda, allí no molestábamos a nadie, ¿qué coño? No, no éramos okupas, porque no vivíamos allí, aunque sí, alguna noche…