Golpe doble, relato

Al abrir la puerta de su barraca encontró Sento un papel en el ojo de la cerradura. Era un anónimo destilando amenazas. Le pedían cuarenta duros y debía dejarlos aquella noche en el horno que tenía frente a su barraca. Toda la huerta estaba aterrada por aquellos bandidos. Si alguien se negaba a obedecer tales…